Vuelta a empezar

Tres años atrás por esta época estaba deambulando de consulta a consulta buscando respuesta a mi debilidad muscular generalizada y problemas con la pierna izquierda en particular. Me hicieron analíticas, emg, gammagrafía ósea, resonancias, etc. Ahí salió lo de la vitamina D, tomar los suplementos me sirvió para mejorar la debilidad muscular, por cierto a pesar de seguir tomándolos, de vez en cuando en los controles me sale mal. En el emg aparecía la radiculopatía crónica en la raíz L5, lo que venía a decir que la lesión en la raíz L5 llevaba tiempo. Eso contrastaba con que en la resonancia se apreciara atrapamiento de esa raíz, y en la gammagrafía artrosis al nivel L5S1. Todo en su conjunto justificaba mi problema en la pierna, todas las piezas cuadraban más o menos. La solución, como ya he ido describiendo en este blog, era una intervención quirúrguica que por distintos motivos se demoró mucho.

Tras la primera intervención quirúrgica mejoré de algunos síntomas, pero el de la claudicación no, es decir, el que al caminar un rato, poco tiempo 5-10 minutos, la pierna pierde fuerza y se incrementa el dolor constante que tengo. A los seis meses de la intervención,  el emg seguía diciendo radiculopatia crónica L5-S1, pero en la resonancia no se apreciaba atrapamiento, ni siquiera en el mielo-tac que me mandaron a los 12 meses. Sólo cuando me hicieron la epidurolisis me comentaron que se apreciaba atrapamiento. Esto último me hizo tener un poco de esperanzas de cara a la retirada del material de osteosintesis.

Ha pasado sólo un mes y pico de la segunda intervención y he tenido que recurrir de nuevo a mi andador, mi compañero de fatigas. Ya no podía más, desde la segunda intervención ha ido empeorando la clínica de la pierna. La culpa no ha sido de la operación, esa ha sido un éxito, ha corroborado que las pruebas decían la verdad, no había ningún nervio atrapado en la zona lumbar. Tampoco ha habido ninguna complicación, aunque la operación no ha servido para curarme, ese era el riesgo que asumía. La culpa de empeorar ha sido mía, he sido una ingenua al pensar que mágicamente iba a mejorar. He andado con dolor desde el minuto cero, cargando todo el peso en la pierna a diario durante 15-20 minutos totales en bloques de 5-10 minutos, viendo cómo la pierna perdía fuerza pero ignorándola. Los corticoides que me han pinchado no han servido de nada, cada día he ido empeorando. Así que, por muy increíble que me parezca, vuelvo a empezar. Hay que descubrir el motivo de lo que me ocurre, ya no se le puede echar la culpa a la raíz L5-S1.

El cirujano me ha pedido un nuevo emg que confirma la radiculpatia L5-S1 que padezco. Ya no ponen crónica, si no evolucionada. Hay músculos que la respuesta al esfuerzo es neurógena, no reducida, cómo aparecía antes. Eso quiere decir que ya hay unidades motoras que no funcionan bien. La lesión ha seguido su evolución, no ha sanado lo esperable y tengo secuelas. Tener el pie caído es fruto de eso, pero no justifica lo que me pasa al moverme, al menos eso dicen. El problema parece que está en la zona del sacro. Me van a hacer una gammagrafía ósea y una analítica. El cirujano está preocupado. No sé que saldrá pero me da igual. Si sale algo, es malo, pues tengo otra cosa en una zona compleja. Si no hay nada, yo estoy mal y no saben qué pueden hacerme.

Cuando escribí el post Convivir con el dolor no pensé que tuviera que recurrir a él tan pronto, creía que con todo lo pasado  la fortaleza brotaría de mí, pero no, me equivoqué. Al cambiar el tipo de dolor, vuelven las sensaciones de antes y tu cerebro recuerda el padecimiento y se pone en alerta, su reacción es de protección para evitar sentirlo. El perder el control, el ver que el dolor se apodera de mí, ha sido muy fuerte, he tenido que recurrir a la medicación, la fuerte, la que controla tu estado de ánimo. Es frustrante, no es empezar de cero, pero sé que de nuevo tarderé mucho tiempo en volver a sentirme cómo estaba antes de operarme, pero de momento, cómo decía en ese post, ahora tengo que tomar la medicación, cuando pase un tiempo prudencial, empezaré a reducirla de nuevo.

Ha venido una especie de «osteópata» rusa amiga de una compañera rusa de mi hermana. Su formación es de enfermería, pero lleva 41 años dedicada a tratar problemas osteomusculares con amplia formación en diferentes técnicas y tratamientos. Tiene su agenda en Rusia completa hasta 2020. Va a estar sólo una semana y se ha ofrecido a verme por deferencia a mi hermana. Ha sido la primera vez en todo este tiempo que no me he sentido un bicho raro. Al verme, sin yo contarle nada, empezó a explicar los síntomas que yo tenía por cómo ella veía la zona. Además de la raíz L5-S1, tengo todas las raíces sacras comprimidas en la salida de la agujeros de conjunción debido a lo mal que está la musculatura de la zona, también puede que con osteofitos, pero eso ella no lo puede asegurar. Eso hace que ni siquiera la circulación funcione bien, por eso al pedirle más esfuerzo a la pierna al caminar está no puede. Los dolores además de neuropáticos son musculares. La mayoría de los músculos desde el sacro al pie están como algodón mojado, según sus palabras, no tienen cuerpo. Tal y como estoy, según ella, no puedo hacer ejercicio con la pierna, ni se me puede estimular. El mero hecho de caminar es un esfuerzo extremo, incluso usando el andador. Necesitaría de un tratamiento de cómo mínimo unos seis meses para reactivar la zona, antes de poder fortalecer la musculatura. Lo bueno es que me ha dado esperanzas, al igual que otros terapeutas, me ha dicho que gracias a mi constancia aún tengo actividad en la zona y que podría mejorar muchísmo con la terapia. Lo malo es encontrar aquí a alguien que tenga su conocimiento, algo difícil, para ver si realmente lleva razón en su diagnóstico. Me va a tratar todos los días hasta que se vaya, algo hará.

Hace un par de días tuve la cita con la inspección médica para la baja. De momento no voy a tener problemas, según me dijo la inspectora. Mientras no agote los plazos máximos, tal y como estoy, está todo justificado, el problema empezará cuando cumpla el límite máximo de baja, que será más o menos en seis meses. A ver si consigo mejorar antes, no quiero verme otra vez en la situación de mi anterior baja.

Tengo la sensación de que me está ocurriendo lo de la película «Atrapado en el tiempo», pero con mi enfermedad. Creo que ya he vivido antes todo esto… Tendré la fuerza suficiente para seguir luchando, de corazón, no lo sé. Al menos, creeré que sí.

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